Dos laboratorios de la Universidad de Valparaíso serán los encargados de realizar los estudios fitoquímicos y de caracterización botánica de las cuatro variedades de cannabis sativa, que son parte del primer proyecto de investigación sobre el uso medicinal de la marihuana, que se lleva a cabo en Chile.
Con la presencia de Ana María Gazmuri, presidenta de la Fundación Daya, entidad que lidera el proyecto; y los químicos farmacéuticos, Marcela Escobar, directora de Farmacopea Chilena y el doctor Rodrigo Díaz Viciedo, director Técnico del Laboratorio de Control de Calidad QUIFAC, ambos académicos de la Facultad de Farmacia de nuestra casa de estudios, se dio inicio a una rigurosa investigación para certificar y dar validez científica a los procesos que permitirán desarrollar un fitofármaco seguro y eficaz para los cerca de 200 pacientes oncológicos de la comuna de La Florida, en una primera etapa.
“Hemos estado trabajando con la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso de manera colaborativa desde el principio del primer proyecto de la Fundación Daya, que se realiza con la Municipalidad de La Florida. Toda la certificación del proceso y el velar para que el rigor y la excelencia metodológica con que se lleve adelante el proyecto estará a cargo de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso y la Farmacopea Chilena, con quienes hemos establecido esta alianza que a nosotros nos parece fundamental”, afirma la presidenta de la Fundación Daya.
Gazmuri destaca que el tener la autorización del Instituto de Salud Pública (ISP) permite realizar un trabajo profundo y a su vez legitimo en el estudio de las variedades de cannabis a estudiar: Wappa, Pandora, Ice Cream y Durga Mata.
“Aquí estamos emprendiendo un desarrollo que queremos que beneficie al país entero, en cuanto a los tratamientos y usos terapéuticos de la cannabis y sus derivados. Y esto nos permite decir con mucha propiedad que hoy dia Chile esta ejerciendo un liderazgo a nivel continental en desarrollar lo que es la medicina en base a cannabinoides, y aquí por cierto que el rol de la universidad es fundamental”.
Marcela Escobar, explica que Farmacopea Chilena será responsable de la parte botánica junto a la caracterización macro y microscópica de las especies que se trabajen.
“También es importante señalar que en base a todos estos resultados y al trabajo colaborativo, con distintas informaciones, que se van a generar, tanto de la Farmacopea , Laboratorios Knop , como del Laboratorio de Control de Calidad Quifac, la idea es generar una monografía con los parámetros de calidad de las distintas variedades y que bajo esos parámetros se genere toda la producción de los futuros productos o fitofármacos en base a cannabis en el país”.
La profesora Escobar advirtió que Chile en estos momentos no cuenta con una monografía actualizada de cannabis. “La única que tenemos es del año 1942, es decir es una Farmacopea que no está actualizada de acuerdo a los requerimientos de seguridad, eficacia y calidad que requieren los fitofármacos”.
Por su parte, el doctor Rodrigo Díaz Viciedo, señala que la misión de la Universidad de Valparaíso es generar el conocimiento científico, “ por ende hay una carta firmada por nuestro rector, quien apoya este proceso, donde se va a trabajar con cannabis, porque se necesita generar evidencia científica, sin menoscabar la que ya existe en el mundo, porque hay países desarrollados como Israel , Canadá , España y Estados Unidos que tienen estudios que avalan el uso medicinal de la cannabis. En ese sentido lo que se realizará en el laboratorio es apoyar y darle un sustento al fitofármaco que se quiere llegar a fabricar para que pueda ser utilizado por las personas que lo requieren”.
Ana María Gazmuri anunció que en marzo de 2016 estaría listo el primer fitofármaco chileno de marihuana. Además la Fundación Daya , ya está trabajando en un segundo proyecto de cannabis medicinal, el que también cuenta con el apoyo de la Universidad de Valparaíso y beneficiará a más de 4 mil pacientes. Este fitofármaco a desarrollar se convertirá en el de más bajo costo a nivel mundial.
“Ya estamos trabajando también con la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso. Este proyecto tiene un alcance mayor, queremos llegar a 4 mil pacientes y ahí nos abrimos a otras patologías, ya no solo pacientes oncológicos, también a epilepsia refractaria y dolor crónico no oncológico, con tres grandes estudios multicéntricos, que se van a llevar a cabo por el Instituto Nacional del Cáncer, Hospital San Borja Arriarán y el Hospital Las Higueras de Talcahuano. El costo del tratamiento mensual que ni siquiera lo va a pagar el paciente, pero el costo va a ser 14.500 pesos mensuales. Y eso créeme que es una razón de orgullo para todos los que estamos involucrados, porque nos parece que va en razón de la equidad”, concluye.
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